Yuri Cavecchi, experto del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, contribuyó al descubrimiento de un nuevo tipo de explosión estelar que llamaron micronova, la cual tiene la capacidad de quemar la masa equivalente a varias montañas como el monte Everest, considerada la más alta de la Tierra.
Cavecchi explicó en entrevista que este nuevo tipo de fenómeno se presenta en las estrellas llamadas enanas blancas en sistemas binarios, las cuales tienen una masa similar a la de nuestro Sol, pero del tamaño de la Tierra.
Se denominan binarias cuando tienen una compañera y ambas giran una alrededor de la otra. Si la compañera es menos masiva y está muy cerca la enana blanca, pierde parte de su masa, la cual es transferida a la enana blanca.
“Las micronovas son parecidas a las novas y prácticamente son explosiones sobre una enana blanca, más pequeñas y duran menos, por esta razón las hemos llamado micronovas… las hemos encontrado en sistemas que prevalentemente tienen un campo magnético. Las líneas del campo magnético capturan la materia que les llega desde la compañera y la atraen a su polo. Cuando hay suficiente materia, explotan”, explicó el investigador.
Con ayuda del telescopio Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA, y el instrumento X-shooter instalado en el Very Large Telescope, del Observatorio Europeo Austral, los especialistas observaron las explosiones a lo largo de 2021. Y calculan que puede destruir la masa equivalente a aproximadamente 3 mil 500 millones de Pirámides de Giza juntas, en unas horas.
Las explosiones más grandes y energéticas
Las micronovas se suman a las supernovas, las cuales son consideradas entre las explosiones más grandes y energéticas del cosmos. Por otra parte están las novas, las cuales son menos energéticas y más frecuentes que las supernovas y están asociadas a los estallidos de una enana blanca, que forma parte de un sistema binario y recibe constantemente masa de la estrella que la acompaña, precisa el investigador.
¿Cuál es la diferencia entonces con las micronovas? En la potencia y duración del estallido, pues aunque son muy potentes para un planeta como la Tierra, son pequeñas a escala astronómica y menos energéticas que las novas.
“La diferencia es que la materia se acumula en el polo magnético; uno lo puede imaginar como un cilindro que se va llenando de material que le llega a la enana blanca desde la compañera, el estallido es entonces mucho más localizado y menor que el de una nova, en este último el estallido abarcaría prácticamente toda la superficie de la enana blanca”, expuso.
El hallazgo, encabezado por Simone Scaringi, de la Universidad Durham en el Reino Unido, desafía la comprensión de cómo ocurren estas explosiones termonucleares en las estrellas porque aunque se trata de una micronova, el estallido puede quemar la masa equivalente a 20 mil millones de kilos de explosivos.
Con información de DGCS UNAM
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