Uno de los resultados para los que está diseñado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN y el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico es reducir aranceles para facilitar el libre movimiento de mercancías, a partir de la reducción de aranceles. ¿suena bien no?, facilitar el libre movimiento de mercancías. Claro que suena bien, pero ¿cuáles mercancías? Pues las mejores, las más competitivas…. Lo cierto es que las empresas mexicanas en su gran mayoría han sido desplazadas porque no son competitivas en relación a las empresas norteamericanas específicamente y es que otro de los objetivos del TLCAN es proteger las patentes y los derechos de autor, esto también suena bien, ¿no? Quién estaría en contra de proteger patentes y derechos de autor, pues hay que analizarlo más detenidamente porque son justo esos preceptos los que impiden que las empresas mexicanas puedan tener acceso al uso de tecnología de punta y entonces no pueden ser competitivas, lo que nos deja en el cabus de un tren, en el papel sólo de consumidores y entonces, si hace sentido el bajar los aranceles, para que entren todas las mercancías, de allá para acá.
¿Eso que implica? Busque usted una marca de galletas, encontrará decenas de marcas que fueron mexicanas y que hoy pertenecen a corporativos estadounidenses y allá en el rincón una marca local, peninsular para ser exacta. ¿Puede esa empresa beneficiarse del TLCAN? ¿Puede competir con la tecnología de las otras, usada en el proceso productivo, en el empaque y la distribución? No, está condenada a ser desplazada por las internacionales que tienen mayor capacidad para reducir costos. ¿Es un problema solamente de galletas? ¡Claro que no! es un problema de rompimiento de cadenas productivas, entre menos empresa nacionales, mayor dependencia alimentaria, mayor déficit del comercio exterior, mayor el déficit de la balanza comercial en lo macro, y en lo micro la empresa sostendrá salarios raquíticos, recurrirá al subempleo, sus aportaciones al fisco serán mínimas, y finalmente quebrará generando desempleo abierto. No podrá seguir comprando en el mercado local sus insumos a otras empresas y productores, por lo que esas otras, como naipes irán cayendo. Hablo como si fuera el futuro, pero es algo que nos viene sucediendo justo por el TLCAN hace años.
Lo que se está discutiendo en el TLCAN es eso, por ello suena hueco cuando quienes se autonombran empresarios se preocupan porque los candidatos a la presidencia se pronuncien por no pararse de esas mesas de negociación, y no cuestionan lo que realmente se discute, el modelo económico que en ella subyace. Será que siendo empresarios no entienden que se están dando un balazo en el pie. No, no es así lo entienden perfectamente, pero son 10 o 12 grandes empresarios representantes de empresas transnacionales, de bancos principalmente, las que defienden estas posiciones y les importa un comino la autosuficiencia alimentaria, el empleo y el desempleo, en última instancia el desempleo les beneficia porque se abarata el costo de la mano de obra. Las voces que presionan sobre el TLCAN no son de esos empresarios que emprenden y se la rifan, son de quienes desde hace décadas priorizan la entrada de capitales a través de altas tasas de interés, son quienes demandan que el tamaño del estado sea cada vez menor y la pobreza, la violencia les parece insulso en comparación con los rendimientos que cada día obtienen.
Vaya bien…
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