Buenos días, le saluda Celina Izquierdo con gusto y deseando para usted y su familia salud.
Me gustaría hoy 12 de marzo cerrar una serie de reflexiones en torno al 8 de marzo, tratando de aclarar y aclararme sensaciones encontradas.
El 8 de marzo se ha vuelto un día de controversia, un día para expresar y debatir posiciones sobre la presencia de las mujeres en la sociedad. No es como el 1° de mayo, el día del trabajo que pasó a tener un desfile x, con un aumento de salario menos x. El 8 de marzo es un día vivo, que se vive, vital.
Los chats y medios se llenan de felicitaciones a las mujeres y también de respuestas como: “Nos felicitaremos, el día que no nos falte ninguna”, y para allá vamos, porque esta teoría-movimiento que es el feminismo va por todas, va porque a ninguna la levanten, porque a ninguna “ la desaparezcan”, la ignoren, la callen, la humillen. Así que convertimos las rosas rojas de florero, en flores multicolores sobre cruces rosas, en señal de que aquí, nos falta una.
En el mundo entero, pese a la pandemia, la prohibición y el aislamiento hay un clamor de justicia, de igualdad, de reclamo, y como a toda acción corresponde una reacción, la reacción se entromete, se infiltra, se apodera de las consignas, (de todas, menos la del aborto) incendia, contrata hombres y mujeres para generar animadversión en la sociedad, para desvirtuar, para dirimir suciamente luchas de poder entre partidos, o de bandos del mismo partido.
Aquí en Cancún entendimos la lección claramente el 9 de noviembre pasado, un grupo de la delincuencia organizada institucional y no, aprovechó el movimiento genuino que protestaba por los feminicidios y concretamente por el de Alexis para atacar a otro sector político. Encañonó, disparó, agredió a mujeres y periodistas, y hoy solo tenemos detenidos por omisión. ¿Qué tal? ¿Y los que dieron la orden, para cuándo?
Pero aprendimos que los desmanes nos son ocasionados ni propiciados por el movimiento feminista, porque parte de la intención de esos grupos delictivos es desviar la atención de las demandas de las mujeres, olvidar a las Alexis y dirimir sus luchas internas por el poder.
No son las feministas las que atacan, no lo son. De diversas formas, año con año nos hemos manifestado, marchando, coreando nuestra demandas, cantando en batucadas, bailando y parece que sólo cuando ponemos la estatua de Juárez -el del estado laico-, de nuestro lado, la reacción dice: oh mancharon a Juárez.
Las feministas este 8 de marzo nos reunimos en Cancún en dos lugares, en ambos cantamos, en ambos llevamos paliacates verdes, en ambas las jóvenes llenas de fuerza, de energía y convicción dieron una lección de: salimos y saldremos. En ambos nos comprometimos con aquellas que ya no tienen voz, en ambas increpamos a las autoridades omisas, sumisas y rollizas.
El movimiento avanza, tan avanza que para ese día detuvieron a implicados en el asesinato de Alexis, tan avanza que para ese día avanzaron los procesos jurídicos contra Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, El Rey de la basura, conste que no me refiero a su partido, aunque sí. Señalaron a Andrés Roemer, y el multicitado Félix Salgado Macedonio. El movimiento, tan avanza que sacó del letargo a la Legislatura local para discutir sobre el aborto, y avanza porque hoy en Quintana Roo